Hay años que los Reyes aciertan y años que no. Te traen algo que no esperabas y te encanta; o se equivocan de modelo, de talla y pierden el ticket.
Acierten o no, la fiesta tiene una entidad en sí misma, también de oraciones y de turrón y de bromas.
Pero este año ha sido especial. Este año mis Reyes han estado más cerca que nunca de la poesía pura, de la magia real, de la ilusión completa.
En la foto presumo de regalo de Reyes. No digan que no me comprenden.
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