Estoy en una importante crisis bloguera. Por un lado, llevo más de 150 post o entradas o comoquiera que se llamen estas cositas que escribo cada día, y sigue entrando gente que comenta que el Opus Dei es algo diferente, que es mucho más, que es mucho menos, que lo que hago está fatal, que esto es lo auténtico, etc. Ni lo uno ni lo otro: para conocer el Opus Dei doy un montón de
links; para contar cada día una cosilla de mi vida -la de un tipo del Opus Dei- hago este blog. Es imposible que cada día refleje las variadísimas facetas de mi vida, ni siquiera que consiga dejar claro a diario la diferencia entre lo importante y lo accesorio en la vida de una persona del Opus Dei. Crece la imposibilidad si en vez de leerse lo que escribo como lo que es: la descripción de detalles de mi vulgar pero trascendente existencia, alguien pretende tomarlo como lo que hacen o deberían hacer todos los del Opus Dei. Lo siento, señores: con sus limitaciones y sus virtudes esto es sólo un blog mío (o un "pedazo de blog").
Pero el motivo de la crisis con la que hoy titulo tiene dos detonantes diferentes, con base en dos cosillas que me han hecho llegar sendos amigos. Uno me ha enviado el calendario del Sagrado Corazón para que cada día tenga algo que contar, el otro me ha enviado "las doce cosas que le ocurren a todo bloguero".
El calendario del Sagrado Corazón, también llamado "taco", ofrece, como mucha gente sabe, una serie de datos de cada día del año: la hora de salida y puesta del sol y de la luna, el santoral, una frase de pensador ilustre, una historieta... Por ejemplo, el miércoles pasado la frase era de Amos Bronson Alcott (un filósofo americano de cuya existencia yo no tenía ni idea): "La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia" (buena frase, Amos) y la historieta de ayer contaba entre otras cosas que la Antártida estaba clasificada hasta hace poco como desierto, ya que se considera desierto el lugar en el que no llueve y allí hay pocas precipitaciones, y cuando las hay son en forma de nieve, no de lluvia.
Las doce cosas que le ocurren al bloguero son las siguientes (mi amigo contaba de donde las tradujo y retocó, creo que eso no es aquí importante):
1. Comienzas leyendo blogs.
2. Comienzas tu propio blog.
3. Te vuelves un vicioso de las estadísticas.
4. Te vuelves una persona "online", la vida real empieza a ser confusa.
5. Te retiras.
6. Vuelves a bloggear en menos de 72 horas.
7. Decides ponerte serio con el tema del blogging.
8. Decides que tienes que conocer otros bloggers.
9. Das un paso atrás y metabloggeas sobre el blogging y lo que el blogging ha hecho por tu blogging.
10. Ver paso 5 (o sea: vuelves a dejarlo)
11. Decides que, como resultado del paso 10 (metabloggear) y haber repetido el paso 5 (irte) más de 3 veces en tu ciclo como blogger, necesitas sanear o reinventar tu blog.
12. Decides crearte otro blog. (si el anterior no era anónimo, el que te crees ahora, seguro que sí, y claro, como no dejas el primero, repites los posts...).
Me resulta desanimante a partes iguales lo de que me den el "taco" del Sagrado Corazón como ayuda, y lo de que me den una relación tabulada de detalles por los que yo voy pasando sin saber que en gran parte le pasan absolutamente a todo el mundo. O sea: estoy en crisis. Supongo que pasará, pero la crisis no me la quita nadie.
La foto es de un cuadro de Van Gogh que hay en mi cuarto. Por supuesto no lo pintó Van Gogh en persona, es una copia. Exactamente no sé qué tiene que ver con mi caso de bloguero en crisis, pero ¿puede uno considerar que prefiere una copia a un original? ¿Admitimos en las copias errores que no consentiríamos en los originales? ¿A que hora había quedado yo para comer hoy? Hasta mañana. Y pienso usar el calendario del Sagrado Corazón.
