Llevo tiempo sin bloguear. Mucho trabajo, preparativos de las vacaciones en julio, varias paellas, algún cumpleaños... A ver si en agosto me centro.
La foto es de la fuente de la alcachofa. Gran flor.
Lo que quiero decir es que usé cubiertos de CPLA, o sea ácido poliláctico cristalizado, un material compostable y de fuente renovable obtenido a partir de almidón de maíz... QUE SE PARECE ENORMEMENTE AL PLÁSTICO.
Me fascina el mundo de los sucedáneos: flores de trapo que parecen de verdad pero no se marchitan, Coca-cola que sabe casi igual pero no engorda, cubiertos que parecen de plástico pero no contaminan, leche vegetal que sabe a leche o al menos lo parece pero no... no sé qué, turrón sin turrón, etc.
Lo dicho, me fascina. No me perece mal. Tengo incluso un amigo que hace infusiones para perros. Oye, se gana la vida. Y si los cubiertos de CPLA nos ayudan a respetar el planeta, pues bienvenidos sean; pero me fascina.
Y todo ello en medio del año de san José. Gran santo, gran año. Una cita del Papa: «La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida». Ale.
Me ha resultado asombroso. Ni muy bien ni muy mal. Simplemente asombroso. Por cierto, "mecanuscrito" significa "Escrito a máquina o con computadora".
También me parece asombroso que en la fachada del casón del buen retiro esté cincelada la frase de Eugenio d'Ors TODO LO QUE NO ES TRADICIÓN ES PLAGIO. Bueno, más que asombroso me parece admirable. Busco frase mía que algún día se cincele en alguna fachada hermosa. A ver si la hallo.
No me ha gustado la idea. Prefiero que no toquen mis sueños. La foto es de un saltimbanqui malagueño en acción.
"No siempre fui tan despreciable como ahora -pensé-. Puede que tenga remedio".
De las fotos estoy también bastante orgulloso.
A mi, personalmente, me interesan demasiado las apariencias.
Estoy leyendo libros sobre burros. Muy instructivos.
Ayer comí por primera vez en mi vida en un restaurante venezolano con un amigo idem.: tequeños, cachapa y pastel de chucho; y para beber papelón con limón.
Un día como hoy, hace 69 años, se casaron mis padres en Carabanchel. Tuvieron la mala o buena fortuna de que su día se convirtiese con el tiempo en el día de los enamorados. También hoy es una gran fiesta en el Opus Dei. Con lo que a mí me gustan las celebraciones.
También reconozco que el domingo pasado me gustó la meditación para el primer domingo de san José que han puesto en la web del Opus Dei. Y mañana sigo con la del segundo... y si en medio llega el fin del mundo, que nos quiten lo bailado.
Escuché ayer que hay un fondo que va a comprar una cadena de hoteles. Concretamente un fondo de inversión. El metonímico "fondo de inversión" ha estado retumbando dentro de mi cráneo durante las últimas 24 horas, mucho más que la metafórica "cadena de hoteles".
Una metonimia tan consolidada que, con ayuda del diccionario de la Academia, me atrevo a enumerar: fondo del pasillo, fondo de Las Meninas, estoy sin fondos, es un tipo con buen fondo, artículo de fondo, corredor de fondo, es un maleducado en la forma y en el fondo, los fondos de la Biblioteca Nacional, los bajos fondos, fondo de pensiones, fondo de reptiles, inversión a fondo perdido, fondos reservados, habló de Cervantes a fondo, en el fondo no le importa, esquí de fondo, hay mar de fondo, eres un pozo sin fondo, hay ruido de fondo...
Está claro lo que es el fondo del mar y que bucear por los fondos marinos es hacerlo cerca del fondo, más exactamente por el agua que toca el fondo: esa es la metonimia. Los fondos como dineros dan un salto significativo: no es que estén debajo, están dentro (¿del bolsillo, del alma?).
Molan los fondos.
¿Y la foto? Tal vez resulta que en el fondo lo que a mí me interesa no son tanto las palabras... como los espetos.
