La copa de Navidad por aquí, la copa de Navidad por allá. Estos días están repletos de encuentros más o menos tumultuosos con familiares, amigos y compañeros antiguos, presentes o futuros. No sé si es de Mihura, de Poncela, de Tono, de Neville o de todos juntos, pero hay una obra sobre este tipo de encuentros (LAS VISITAS DEBERIAN ESTAR PROHIBIDAS POR EL CODIGO PENAL), de título tan ingenioso como injusto. A mí me gustan.
Salía hoy de uno de esos momentos y me he encontrado a este señor pintando rayas para el Servicio de Estacionamiento Regulado.
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