Esta tarde me he reencontrado con este juego telúrico y salvaje. He hecho dos vídeos francamente buenos que ya veré si pongo; he conocido a Ercilio, uno de los chicos que muestra abajo a su gallo ganador y los frutos de los 5.000 pesos que habían apostado a su victoria.
(espero que algún nieto enseñe estas fotos a mis padres, y les diga que no creo que me dejen pasar langostas por la aduana, pero que los platanitos maduros que pidieron —por cierto, aquí plátano sólo se dice del que se cocina, al que se toma como fruta se le llama guineo— pueden contar con ellos)
1 comentario:
Cabezon. La pelea de gallos que se celebro durante tu naciniento fue en casa franco. Calle bravo murillo a la altura de estrecho.
A ver si vuelves para darte un buen capon.
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