Un pueblo que tiene las paradas de autobús limpias y lustrosas como la casa de Hansel y Gretel merece toda mi admiración.
Si tuviese la fortuna de hacer una paella en una de esas lindas chozas, prometo que llevaría periódicos para no ensuciar el suelo con los inevitables chsporroteos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario