Tengo un amigo que dirige un musical de la Gran Vía.
En cada actuación va apuntando cosas que hay que corregir o mejorar.
Lo apunta en la mano izquierda con un boli.
Hacía años que no veía utilizar ese espacio anotador.
La foto es de su mano.
A lo que iba: he adquirido una memoria USB de 32GB británica ensamblada en Taiwan. Es uno de los pocos productos en los que, conforme pasa el tiempo, cada vez te dan objetos más pequeños con más capacidad. Gran paradoja.
Pues bien, junto al cacharrillo vienen unas instrucciones de garantía en 31 idiomas. He leído con atención la versión española: sustancialmente dice tres cosas. UNA: que la garantía se limita a que el chisme no funcione. DOS: que puede que su capacidad no sea exactamente la que se anuncia en la caja sino un pelín inferior y TRES: "todas las empresas y marcas registradas son propiedad de sus respectivos dueños".
Como se suele decir: se han quedado calvos.
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