Nunca he ocultado que me gustan los grafiti, aunque comprenda que no le gusten al dueño de la pared en la que se realizan, que habitualmente no coincide con el grafitero.
Yo lo que quería decir es que se acerca la Navidad y son unas fechas que ineludiblemente me transportan a viejos tiempos, viejos recuerdos, personas ya viejas. Incluso muertos. Y eso que los muertos no son propiamente viejos, sino todo lo contrario.
Pero es una vejez alegre, una vejez como la de los viejos amigos o la de los viejos chistes, que como dice el grafiti, siempre son los mejores.
Y que santa Lucía te conserve la vista, que es un deseo muy propio del 13 de diciembre.
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