lunes, 3 de noviembre de 2014

Cómo congelar boletus edulis y/o rezar por los difuntos


Este año está siendo francamente espectacular en cuanto a hongos.
La foto recoge una de las tres sartencitas que puse a congelar tras dar una pasada por el fuego, la sal y el aceite de oliva (fórmula que me enseñó un amigo navarro experto en coger cantidades industriales de hongos en otoño o junio y almacenarlos en bolsitas con las que aderezar luego pastas y risotos, hacer guarniciones, o crear sublimes cremas y rellenos de volovanes, ya en cualquier época del año.

Ay, ay si llegaran las lluvias antes de los fríos y saliesen tantos níscalos como han salido boletus edulis.

En fin. Me disperso. Quería decir que ayer, además de congelar hongos, estuve un buen rato de flores y rezos en el cementerio. "Mis buenas amigas las almas del purgatorio" decía San Josemaría: y a mí me gusta saber que tengo también almas amigas en el Cielo, que me ayudan a no ser tarugo y caminar hacia su compañía.

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