Hace tres años, con motivo de una torta en moto en la que se estropearon al mismo tiempo mi húmero y mi teléfono móvil, conseguí un iphone 4s, teléfono inteligente que, como todo el mundo sabe y su etiqueta proclama, está diseñado en California y ensamblado en China.
Con ese smartphone he hecho fotos, pagado parkings, reservado billetes de tren, enviado wasaps e incluso mantenido conversaciones telefónicas. Es agenda, misal, hombre del tiempo, biblioteca, correo electrónico y mil cosas más que no sé usar. PERO, últimamente se apaga cuando la batería llega al 20%, 30% o incluso al 40% de su capacidad, y ha llegado la hora de jubilarlo.
Antes de hacerlo, me di un garbeo a la búsqueda de gentes con mi mismo problema y eché un vistazo a smartphones más baratillos, de esos que no sólo han sido ensamblados en China sino también diseñados en China. Encontré algunos y ya tenía casi decidido cuál comprar, cuando descubrí también que ha valientes que compran batería del iphone y destornilladores (10 euros todo), renuevan su batería y dejan de tener mi problema.
El viernes hice el pedido de batería y destornilladores. El lunes me llegó la batería desde Humanes de Madrid y los destornilladores desde Badajoz. Ayer me armé de valor y, con ayuda de un vídeo de Youtube, cambié la batería. Ahora dura más. Habrá que ver si no se me apaga antes de que se agote.
No estamos ante una entrada en la que el contenido guarde una estrecha relación con la foto. Vale.
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