Ayer no me dio tiempo a poner nada.
Por la tarde fui al Ayuntamiento y subí a pata los 365 escalones que llevan a lo alto de la torre. Desde allí se hacen fotos como la primera que pongo, con el precioso casco antiguo de la ciudad. Si se mira hacia el Oeste desde la misma torre, en una tarde como la de ayer, se aprecia que te viene encima una tormenta potente: es la segunda foto (para ver lo que pasó al llegar la tormenta, se puede ver este vídeo: ya no estábamos en la torre sino en la calle, camino del Metro, y nos cayó la del pulpo).
Lo de la torre tiene gracia. Se sube en grupos reducidos y te dan una explicación bastante sencilla: tienes 10 minutos para subir, 15 para disfrutar de las vistas y hacer fotos y otros diez para bajar. Los vigilantes van peinados como futbolistas y la gente hace fotos a saco (en la tercera foto se ve, tanto lo de las fotos como lo de los vigilantes).
En la cuarta foto aparezco con mi viejo gran amigo Javier, un hispano sueco bastante peligroso y muy buena persona que nos convenció ayer a unos cuantos para ir a un lago a darnos un baño a las 22,00 horas, momento en el que el sol inicia su no puesta.
He aquí otro vídeo desmitificador que grabé ayer en la plaza de la estación central, o cerca.
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