Vengo del velatorio de don Javier Mora-Figueroa, sacerdote.
Bueno, también era marino y entusiasta y muy buen narrador y más cosas.
Ha dejado de respirar en este mundo esta noche a los 75 años, en el mismo hospital en el que dejó de respirar mi padre hace unos años.
Se me nublan los recuerdos de las veces que hablamos de lo importante y lo menos importante.
En la web de Torreciudad han puesto unas líneas sobre él que terminan con unas palabras del actual rector del Santuario, merece la pena leerlas.
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