Por algún motivo de tipo genético, los papeles tienden a quedarse en mis bolsillos. La parte buena es que les ocurre algo parecido a los billetes. La mala es que no sólo les pasa a esos papeles emitidos por el Banco de España: ocurre lo mismo con cartas del banco, propaganda de restaurantes chinos a domicilio, catálogos de oferta de supermercados, servilletas de bar con anotaciones incomprensibles, etc.
Hoy he encontrado en mi bolsillo este ticket que me entregaron con motivo de la compra de un par de alcayatas adhesivas. Si llego a saber en ese momento que se trataba de una ferretería especializada en llaves y bombillas...
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