En las comedias costumbristas, un personaje típico era el sastre que venía cobrar deudas.
En mi corta vida, me he hecho dos trajes en sastre. Siempre en el mismo sastre.
En 1998 pagué 39.500 pesetas por un traje gris de entretiempo.
En 2004 pagué 307 euros por un traje de ojo de perdiz azul.
El segundo, aún lo tengo. El primero murió estas navidades víctima de una polilla que encontró suculenta una de las solapas de la chaqueta.
El sastre conserva medidas y estas notas de la foto.
Por un lado está lo poco que he engordado en los últimos 18 años, por otro cómo ha subido la vida y por otro lo mucho que me duran los trajes.
Ahora un traje cuesta allí 500 euritos de nada, si bien es cierto que hay una oferta por la que te regalan una camisa a medida. No sé, no sé. Estoy indeciso.
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