Cálculos

vas por Europa, por un país con un idioma difícil tirando a muy difícil. Llevas unos días haciéndote entender en tu ridículo inglés y vas, te detienes en la puerta de una iglesia, te acercas al letrero y LO ENTIENDES ABSOLUTAMENTE TODO.

La autoestima lingüística pega un subidón muy serio, en plan Thomas Partey roba que te roba balones al Leverkusen.

A lo que iba. Ayer vi que en una gasolinera de San Sebastián de los Reyes la super 95 estaba a 1,184. Nunca he tenido ocasión de hacer comparativas sobre esta materia, pero llevaba en el bolsillo el ticket de haber puesto gasolina por la mañana. Yo había puesto 31,43 litros a 1,279 el litro, y gracias a mi calculadora sé que si hubiera puesto en San Sebastián de los Reyes esos mismos litros habría pagado 2,89 menos.

Estoy muy satisfecho de los conocimientos matemáticos que adquirí durante mi edad escolar. En cierta medida soy el mismo que hubiera sido sin la esmerada educación que me facilitaron mis padres, pero tal vez ahora con más capacidad de análisis y de síntesis. Gracias, padres. Gracias, maestros.