domingo, 28 de julio de 2013

Los gallegos son buena gente


Del 4 al 26 de julio he estado en Santiago de Compostela. Fui en tren, y puse fotos del viaje en un foto blog en el que pongo cosas de ese estilo.
He leído, he paseado, me he forrado a hacer fotos y vídeos (lo que ilustra estas líneas sujeta un balcón en la misma fachada de la casa de la parra, en la Plaza de la Quintana), he tomado alguna cervecita, he hecho paella para 40, he estado en tres procesiones de la Virgen del Carmen, he ido en barco, he rezado junto al botafumeiro y he abrazado al apóstol, me he perdido varias veces debido a ese extraño desencuentro que mantienen las carreteras gallegas con los GPS... pero sobre todo, estaba en Santiago el 24 de julio de 2013.
Iba con dos amigos hacia la plaza el Obradoiro para los fuegos del Apóstol, nos paró un policía y nos dijo que se suspendían los actos debido a un accidente grave que había tenido lugar en la estación de tren.
He rezado mucho por esas gentes, y he sabido alguna cosa de los fallecidos y de los supervivientes; pero creo que no son historias para contar aquí, sino para llorar en otros sitios.
Intenté dar sangre, pero no lo conseguí, y eso que soy donante. Por supuesto, me ha emocionado la reacción de la gente.
Hay que ver qué buena gente son los gallegos.

jueves, 4 de julio de 2013

Veranear

Difícil verbo el del veraneo. Me voy a Santiago de Compostela en tren con una maleta llena de libros y unas chancletas, y una cámara de fotos y hasta un vídeo que me echaron los Reyes Magos hace cinco años y todavía no he visto.
Voy a cargar las pilas, a resetearme, a limpiar los circuitos... y me lleno de asombro ante la riqueza metafórica del campo semántico de la electrónica.