miércoles, 30 de noviembre de 2005

San Andrés, apóstol


Hoy es San Andrés, apóstol. Mucha tela San Andrés: es el que presentó a su hermano Simón al Señor. Apostolado de primera. Me sé de memoria una oración tremenda y preciosa de San Andrés. Cualquier día la olvidaré. He llegado a ese punto en que cuando memorizas algo, olvidas otra cosa; lo peor es que no sabes qué has olvidado hasta que intentas redordarlo.
Me voy por las ramas. La oración son las palabras que dijo San Andrés cuando le llevaban a la cruz (una cruz en forma de aspa, también llamada desde entonces cruz de San Andrés): "¡Oh cruz buena, que fuiste embellecida por los miembros del Redentor, tantas veces deseada, solícitamente querida, buscada sin descanso, ardientemente preparada con el deseo! Recíbeme de entre los hombres y llévame junto a mi Maestro, para que por tu medio me reciba, Aquel que por ti me redimió". Casi nada.

martes, 29 de noviembre de 2005

El encanto de la Sierra Pobre



Esta foto la hice el domingo en un pueblo de la Sierra Pobre de Madrid (hoy llamada Sierra Norte: a mí, la verdad, no me parecía mal el nombre anterior, pero reconozco que no es muy comercial) que ya no recuerdo ni como se llama. Fui de excursión: el sitio era realmente bonito, la foto ya es otra cosa.

En los pueblos de esa zona exponen todo tipo de utensilios antiguos. Es frecuente que en la plaza del Ayuntamiento o junto a unos jardines, coloquen un yunque con las herramientas del herrero o el forjador, el lugar donde se le ponían herraduras a los caballos, un horno de pan, etc. La verdad es que quedan bien como recuerdo de tradiciones y oficios que ya se han olvidado; pero es un poco triste todo lo que tienen de antiguo y en desuso.

La verdad, no sé ni para qué digo esto. La cuestión es que hoy he seguido con las gestiones para hacerme las dichosas gafas progresivas y me he preguntado qué hacían los herreros de la Sierra Pobre cuando les llegaba la presbicia: supongo que fastidiarse y dejar de leer si es que sabían hacerlo. Qué tiempos.

lunes, 28 de noviembre de 2005

Las dichosas gafas


He sacado por fin un rato para leer con calma algunas cosillas que tenía pendientes por aquí y por allá: del Prelado del Opus Dei sobre el lavatorio de los pies -el sacerdocio unido al amor y al servicio en ese gesto-, de la carta "Dies Domini" de Juan Pablo II... He sacado buenas notas.
Por lo demás, ya conté que el oftalmólogo me dijo que tenía que usar lentes progresivas. Hoy he pedido un segundo presupuesto para esas gafas (en la foto, me pruebo una de esas de concha apaisadas que me dejan un aspecto aún más lamentable que el original sin gafas) y he escuchado comentarios absolutamente contradictorios sobre la eficacia, la conveniencia y la oportunidad de comenzar a usar ese tipo de gafas. A ver -nunca mejor dicho-. El más brillante es de un amigo que tiene desde hace años gafas con lentes progresivas: "la clave no está en conseguir ver bien de cerca y de lejos, sino en acostumbrarte a ver mal de cerca y de lejos". Pues sí que estamos buenos.

domingo, 27 de noviembre de 2005

Como un padre de familia numerosa y pobre



Hoy he pasado un ratillo de la tarde en un enorme espacio comercial repleto de aparatos, sobre todo aparatos informáticos. Quería comprar unos CD y ver los precios de los lápices esos USB para ver si pido uno a los Reyes Magos de Oriente. Supongo que es bueno que existan este tipo de comercios modernos, pero dan un poco de miedo. Estaba atestado de gente. Una vez que encuentras el pasillo con lo que buscas, y haces tu difícil elección tras preguntar a unos empleados que van con forros polares con el nombre de la tienda y con acreditaciones de esas que llevan durante las Olimpiadas los atletas, los periodistas y hasta las autoridades, llegas al final del pasillo y hay más lápices USB y más CD, pero en oferta. Una vez en la Caja, mientras esperas tu turno, hay nuevos contenedores con más ofertas.

Y eso por no hablar de la cantidad de objetos imprescindibles que ni se te había pasado por la cabeza comprar hasta que no has visto lo útiles que son y lo tirados de precio que están: películas en DVD (por cierto, estaba "Diálogos con un santo", el último DVD de San Josemaría), estaciones meteorológicas, linternas con la silueta del diablo de Tasmania, cargadores de pilas, cámaras de fotos digitales, teléfonos inalámbricos, cables para conectar desde más lejos cosas que no tienes... Me he mareado. He pagado mis CD, he salido a respirar aire puro, y he dado gracias a Dios por todas las sencillas pautas por las que yo no me permito gastos que no se permitiría un padre de familia numerosa y pobre. De todo corazón: muchas gracias.

¿Qué tiene que ver esto con la foto? De nuevo poco: sólo insinúa que esto va pero que muy rápido.

sábado, 26 de noviembre de 2005

Soy más mayor cada nuevo Adviento


Mañana comienza el tiempo de Adviento.
Me enternece la preparación de la Navidad, casi más que la Navidad.
El tiempo pasa y cada vez me pongo más tierno en estas fechas llenas de contrastes.
Hoy he pasado junto a un campo de fútbol municipal. Jugaba un equipo de amarillo contra un equipo de amarillo. He preguntado quién iba ganando, me han contestado que los de amarillo, he preguntado entonces quién perdía y me han dicho que los de pistacho. Me estoy haciendo mayor. mira que no distinguir el amarillo del pistacho.
El pistacho es un "snack" de color pistacho. Cuando yo era joven no había pistachos (o al menos no los había en el barrio de Prosperidad, Madrid, Spain), no existía ese color y a las cosas para picar no se les llamaba "snacks".
Lo dicho: me pongo tierno en estas fechas llenas de contrastes.
Extraño lugar el blog: podía haber contado una anécdota excelente, o haber revelado un secreto realmente íntimo de mi vida... Sin embargo, dices una ocurrencia que no veine a cuento, le das a "publicar entrada" y queda escrita exactamente igual que el apunte más brillante. Extraño lugar.
Muy a cuento no viene la foto, pero es que es mía.

viernes, 25 de noviembre de 2005

El menda en un avión: lo más parecido a Tarzán en Nueva York



He dicho que los viernes iba a hablar de mis numerosos viajes profesionales por el mundo. También he dicho que viajar, lo que se dice viajar, he viajado poco; pero como ha habido veces en las que hasta he ido en avión, pongo esta secuencia que demuestra a la vez la soltura con la que manejo mi cámara a muchos mil metros de altura y mi tremenda torpeza oculo-manual. Las comidas que dan en los aviones no son inocentes.
En la primera estoy todo feliz frente ante una especie de raviolis de verdura. En la segunda, ya he devorado mi ración, pero he dejado una lamentable huella en la camisa de esas que hubieran servido para nunciar Ariel.
Llegados a este punto diré una cosa: los numerarios del Opus Dei bendecimos la mesa, aunque sea en los aviones: momento en el que la bendición va igual de bien, aunque sea muy generoso hablar de "mesa" y no digamos ya lo de "estos alimentos que vamos a tomar".

jueves, 24 de noviembre de 2005

Una visita a un enfermo bastante sano


El Sanatorio del Rosario, además de un nombre bonito, contiene recuerdos del Bachillerato: siempre he pensado que ahí es donde pasó largas temporadas Juan Ramón Jiménez para aliviar sus hiponcondrías; a lo mejor fue en otro lugar con el mismo nombre, vaya usted a saber.
La cuestión es que un amigo pasaba allí un trámite y le he llevado unos tebeos. No sé qué tienen los hospitales para avivar nuestras ganas de hablar con el enfermo... de estancias en hospitales: de la enfermera que confundió una vez las medicinas, del compañero de habitación que roncaba como un jabalí, o de cosas peores. Iba tan mentalizado, que esta vez he superado la prueba con éxito.
Mientras le hacía la foto y preveía ya publicarla aquí, pensaba en lo difícil que es hacer una buena obra (aunque sea pequeña, como la mía: visitar a un amigo en una clínica) y contarlo sin que dé la impresión de que lo haces sólo para presumir. Si lo haces porque lo haces, si no lo haces porque no lo haces, si lo cuentas porque lo cuentas, si no lo cuentas porque no lo cuentas. Yo qué sé: el caso es que hemos echado unas risas, que todo ha ido bien, y que en vez de hablar de sueros mal puestos hemos hablado de blogs.

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Copiar cuadros en el Museo del Prado



La foto que puse ayer es prima hermana de esta que pongo hoy (y está igual de desenfocada). Una corresponde al exterior del Museo del Prado y la otra al interior.

El tipo de la visera está copiando un cuadro. Es frecuente toparse en las salas del Prado a pintores. Nunca me he atrevido a preguntarles si son estudiantes (algunos peinan ya canas), pintores consagrados (no parece), profesores que pulen la técnica "in situ", millonarios excéntricos o falsificadores sin escrúpulos. Pienso que hay que ser muy humilde para echar horas copiando en público.

Conozco a algún numerario pintor; pero no voy por ahí. Ni siquiera tengo hoy pensada la moraleja de esta nueva metáfora gráfica. Sólo recuerdo un consejo que recibí una vez para mejorar la oración mental: "a veces, me dijeron, la clave para hacer mejor la oración no se encuentra al utilizar la imaginación, sino la memoria". Me gustaría tener una imaginación siempre fresca e ingeniosa; pero a veces todo lo que tengo es memoria de momentos más brillantes. Pues eso.

martes, 22 de noviembre de 2005

La confesión frecuente



Recoger hojas secas es, en apariencia, una tarea sencilla. Últimamente se ven por Madrid equipos de lo más preparado para la tarea: dos individuos equipados con mascarillas, orejeras contra el ruido y, por supuesto, chalecos reflectantes (ahora la gente se los pone hasta para abrir el maletaro del coche en plena ciudad) amontonan las hojas y las sacan de debajo de los coches con unos "sopladores" que van conectados a una especie de compresores que llevan por mochila. Luego pasa un cochecito eléctrico que aspira las hojas; los hay de varios tamaños, la ciudad está llena de equipos de este tipo en acción.

Me da que pensar la compeljidad de estos equipos. ¿Hacemos complicado lo sencillo? ¿O simplemente las cuestiones importantes han de hacerse en equipo? ¿No sería más sencillo erradicar los árboles de hoja perenne y ajardinar todo Madrid con árboles de hoja caduca? No sé. La cuestión es que cuando elegí la foto, pensaba en lo compleja que es la lucha contra los propios defectos, sobre todo si son muchos: hay que pasar amontonándolos poco a poco, también los pequeños, y luego una buena aspiradora. En fin, una cosa que yo hago es confesarme con frecuencia. Va muy bien. A ver si encuentro y pongo una cita muy buena del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la confesión frecuente (acabo de intentarlo, pero por capítulos no la encuentro).

lunes, 21 de noviembre de 2005

Yo linko, tu linkas, él linka...


Ayer me di un paseo por Riaza. Hice esta foto.
He pasado otro día de acá para allá y llego una vez más al blog con las manos vacías.
Sólo se me ocurre comentar los links que por fin puse (ya no sé si ayer o anteayer). Me dice algún amigo que son demasiados: yo estaba todo orgulloso de haberlos clasificado en tres grupos (mentiría si dijera que he elaborado yo las listas: las he copiado de un par de sitios) y me dicen que ahí no ahí quien "linke". Bueno, paciencia, ya los ordenaré mejor o suprimiré los que no estén bien actualizados, o los que no me "linken" a mí. Y de paso voy a ver si fundo algún tipo de organización que luche contra el uso de verbos como "linkar", ya no es cuestión de purismo castellano, es que suena a nombre de tortura china o clave secreta de banda de afganos matones.

domingo, 20 de noviembre de 2005

Los Macabeos y la fiesta de hoy


Llevo toda la semana con los Macabeos. No tiene nada de particular, ya que han sido la lectura de la Misa de lunes a sábado. Es uno de esos episodios fuertes de la Biblia. Supongo que no faltará quien insinúe que los obispos han preparado que esa sea la lectura de esta semana para crispar a alguien.
Hoy es una fiesta importante: Cristo Rey. Hemos renovado en todos los centros la Consagración de la Obra al Sagrado Corazón de Jesús. A ver si un día hablo de las consagraciones.

sábado, 19 de noviembre de 2005

Foto exclusiva de un parking durante un curso de retiro


Hoy he pasado el día en Riaza. Tenemos allí un curso de retiro y me he acercado para echar una mano y ver a unos y a otros. Como tanta otra gente, los numerarios hacemos anualmente un Curso de Retiro y organizamos y atendemos otros cuantos. Va bien un curso de retiro: en términos marineros equivale a la operación de sacar al dique seco el barco para limpiar fondos y ponerlo a punto.
El caso es que he pensado que a mis lectores les gustaría acceder en exclusiva a una foto del parking. Es decir: el lugar en el que estan aparcados los coches de los asistentes: supernumerarios, amigos de los supernumerarios, amigos de los numerarios, cooperadores, etc. Vale, ya sé que la foto no es muy buena, pero se ve un Renault Clio, un BMW, un Ford Focus y un Ford Mondeo TAXI. Me he documentado: no es que alguien hubiera ido en TAXI hsta allí, es que asistía al curso de retiro un taxista y, claro, los taxistas van en taxi pero por la patilla.
Mañana más.

viernes, 18 de noviembre de 2005

Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam

Por encima del mogollón de gente y banderas, se distinguen las escalinatas de la Catedral y el coche blanco del Papa. Es el momento en que Benedicto XVI llegó a la Catedral de Colonia. Ah, si este numerario del Opus Dei tuviera zoom. ¿Seguro que ya he contado que este verano estuve en Colonia?
Aparte de que soy un tipo riguroso y cuadriculado y hoy es viernes y me he propuesto sólo hablar de mis numerosos viajes por el mundo sólo un día por semana -por ahora el viernes-, pensaba al ver la foto cómo ha cambiado el mundo. Cuántos miles de católicos pudieron ver en persona, por ejemplo a Benedicto XV y cuántos millones han visto ya a Benedicto XVI. Y eso por no hablar de la tele, de los medios de comunicación (por ejemplo, hoy han colgado en la web de la Obra unas ideas mencionadas recientemente por el Papa), de la difusión de encíclicas, cartas apostólicas, homilías u otros documentos, también audiovisuales.
Y sin embargo, ahora como a principios del siglo pasado y del otro, y del de más allá, lo importante para seguirle no es verle en persona.

jueves, 17 de noviembre de 2005

Ahora y en la hora de nuestra muerte

Una de las cosas que los del Opus Dei procuramos hacer todos los días es rezar el Rosario.
Por mi forma de ser creo que nunca triunfaré como bloguero intimista; pero hoy estoy un poco más deshinibido de lo normal y me siento con fuerzas de reconocer que hay pocas cosas que produzcan más satisfacción que rezar todos los días cincuenta Avemarías a la Madre de Dios para que me haga mejor, para que ayude a los chavales de las bandas callejeras, al Papa y a todos los obispos, a los muchos protagonistas del fracaso escolar, a los musulmanes, a los poderosos, a los guionistas de las teleseries de televisión, a mis sobrinos, a los que se han ido esta tarde al curso de retiro que organiza mi Centro, al portero de mi casa -que hoy tenía mala cara-, a todos; y que consigamos trabajar de verdad para conseguir un mundo mejor y más justo... "ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Una charla en un italiano

He comido de menú en un italiano para dar una charla a un supernumerario. Son charlas para explicar el Opus Dei en todos sus detalles. Por ejemplo, hemos hablado de la costumbre de rezar especialmente por la santidad de los sacerdotes los días 28 de marzo (aniversario de la ordenación sacerdotal de San Josemaría), 25 de junio (aniversario de la ordenación de los tres primeros de la Obra) y el 4 de agosto (fiesta de San Juan María Vianney, santo cura de Ars). Se reza por los sacerdotes siempre, pero esos días más.
El italiano era un lugar muy fino (chocolatina incluida con el café) con dos curiosidades destacables: la primera es que con la cuenta te cobran 0,30 euros para la Fundación de los Niños de Nelson Mandela, la segunda es que los empleados no son italianos sino sudamericanos. Curiosidades.

martes, 15 de noviembre de 2005

Sacerdote numerario del Opus Dei que se va a El Salvador



He pasado hoy un rato con don Carlos Torrijos y nos hemos hecho la pésima foto que ilustra este post.

Es un amigo de la infancia que desde hace unos quince años es sacerdote numerario del Opus Dei. Hemos hecho bastante cosas juntos, pero todas son bastante antiguas, ya que la vida le llevó a estudiar en Roma y a trabajar como cura en Santander, Burgos, Oviedo y Valladolid, mientras yo seguía en Madrid. Gran tipo. Probablemente uno de los tipos más simpáticos que he conocido: aunque estudió Biológicas en la Autónoma -y trabajó un tiempo en una surrealista empresa que estudiaba el funcionamiento de abonos con gusanos- ha realizado también notables incursiones en el mundo del espectáculo como mago de renombre; pero finalmente optó por el sacerdocio "full time".

La cuestión es que hoy nos hemos visto porque se va el martes próximo a trabajar a El Salvador. Me ha pedido oraciones para que todo le vaya bien en su nuevo país. Puede contar con ellas. Va con una ilusión que, la verdad, produce envidia.

lunes, 14 de noviembre de 2005

La buena prensa


Hay que ver la cantidad de cosas buenas que nos trae cada día la prensa. Lo estupenda y beneficiosa que es la influencia de los medios de comunicación en nuestras vidas. Y además lo digo en serio. Qué pena que utilicen esos mismos medios, a veces, para manipular.
La foto está hecha en el cruceiro que hay más o menos en medio del jardín de Molinoviejo.

domingo, 13 de noviembre de 2005

Autorretrato involuntario de numerario


No tengo la menor duda: esto del blog es como una enfermedad. En el momento más inesperado te asalta una idea que "me va a servir para el blog" o que "no debes poner en el blog ni de suerte" o que "seguro que luego es muy comentada". Y de las fotos, no hablemos. Además, si eres fotógrafo primerizo y tu cámara es pésima tirando a muy pésima, puedes incluso hacerte sin querer fotos a ti mismo: es el caso de la que pongo hoy.
Los amigos piden por favor que no les inmortalices haciendo gansadas o te llaman por teléfono para recomendarte que hables de las cosas más peregrinas.
No sé. El caso es que hoy no sabía de qué hablar, quería haber hecho hoy una relación de links de gente que me ha linkado a mí, para ponerla decentemente en la columna de la derecha, o darme una vueltecita por la blogosfera para dejar comentarios firmados que de paso me hagan promoción, pero hoy tampoco me ha dado tiempo. A ver si otro día.

sábado, 12 de noviembre de 2005

El generoso ofrecimiento de las propias disculpas


Sigo abollado. Hoy ha sido el entierro de Javier. He estado muy atento a la actualidad del día: me desanima que cada vez sea más difícil acceder a información que no esté mezclada de mucha carga ideológica. Espero que todos aprendamos a no crisparnos los unos a los otros.
Total, que en medio de esto, me ha resultado muy sugerente la lectura de una homilía que pronunció Benedicto XVI en Bari. Ahí se lee que "En la Eucaristía, Cristo está realmente presente entre nosotros. Su presencia no es estática. Es una presencia dinámica, que nos aferra para hacernos suyos, para asimilarnos a él. Cristo nos atrae a sí, nos hace salir de nosotros mismos para hacer de todos nosotros uno con él" y también que "no podemos comulgar con el Señor, si no comulgamos entre nosotros. Si queremos presentaros ante él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias".
Total, que no recupero el ánimo suficiente para poner fotos que no sean otoñales; pero gracias al Papa voy remontando.

viernes, 11 de noviembre de 2005

Incluso numerarios del Opus Dei en bicicleta





Sigo con el ánimo un poco abollado, pero como un trato es un trato y yo había hecho con mis lectores el de mantener el ritmo diario de los comenatarios y hoy es viernes, día que había pensado yo dedicar a los viajes de este numerario a lo largo y ancho de este mundo, y sólo he hecho un viaje digno de mención desde que tengo cámara digital, recojo hoy cuatro fotos que muestran que Colonia es la tierra de las bicis: hay carriles bici por todas partes, sacerdotes en bici, pakings para bicis e incluso "canalón-bici" en las escaleras en las que no cabe una rampa-bici. Incluso hay, como corresponde al lugar, numerarios del Opus Dei en bici.

jueves, 10 de noviembre de 2005

Javier, descansa en paz.

Se ha muerto Javier. Tenía 43 años y toda la vida por delante. Era supernumerario del Opus Dei. En ocho meses un cáncer se lo ha llevado muy arriba. No sé ni cuando hice esta foto; pero la he encontrado ahora mientras buscaba algo diferente para evitar hablar sobre la incomprensible muerte de un viejo amigo. Pero no puedo hablar de las muchas tonterías que he hecho hoy. Sólo puedo decir que él ya está con Él; y que hablamos mucho de aceptar la voluntad de Dios, como si siempre fuese a coincidir con la nuestra. Rezo por él y me encomiendo a él: como harán los suyos, que son muchos.

miércoles, 9 de noviembre de 2005

Por ser la Virgen de La Almudena...


Esta mañana, Misa en la Plaza Mayor y procesión. A ver si mañana me da para contar alguna cosilla del rato que hemos pasado varios amigos esperando junto a la guardia municipal de gala -a caballo, claro-, o la homilía del Cardenal, o incluso el bocadillo de calamares que finalmente nos hemos abrochado. A ver.
La foto está hecha en la Catedral

martes, 8 de noviembre de 2005

La vida más esclava posible

Esta mañana me he cortado el pelo. Ya era hora.
No sé si existe algún buen libro de "conversaciones de peluquería". Mientras me cortaban el pelo, he asistido a una memorable. "Tener un perro es lo más esclavo que existe", decía un cliente. "Pero hay que tener en cuenta que da mucha compañía", respondía otro. "Quita, quita. No puedes organizarte viajes, ni vacaciones sin tener en cuenta al perro. Hasta la hora de llegar a casa está condicionada a las tres veces que hay que sacarlo para que haga sus cosas". "En el campo es otra cosa. El problema es la ciudad". Regado todo ello con repeticiones periódicas del primero: "Lo más esclavo que existe".
Yo también tengo obligaciones profesionales y familiares derivadas de mi pertenencia al Opus Dei: no tomo las vacaciones que me apetecen, estoy sujeto a un cierto horario, a planes diarios, semanales, mensuales o anuales...
Eso sí: no tengo que sacar tres veces al perro; por lo que puedo considerarme lejos de "lo más esclavo que existe".
La foto es de la acera de mi casa. Misteriosas huellas animales de sangre. Dice el portero que las hizo ayer un galgo que dio cuatro vueltas a la manzana mientras una de sus patas sangraba copiosamente. Tremendo lo de la vida urbana... y lo del perro.

lunes, 7 de noviembre de 2005

Estampa de San Josemaría en Braille

Cuando haga una foto mejor la pondré, pero no pienso esperar a ese día para compartir este hallazgo. Ser invidente no es un obstáculo para rezar la estampa de San Josemaría: la hay en Braille.
He conseguido una para un amigo. Reconozco que cuando hice la gestión para conseguirla no pensaba tener éxito: más bien pensaba en una solución alternativa tipo grabación en MP3 o en casete o algo así.
Pues hete aquí que no, que hay estampas de San Josemaría en Braille. Aunque la foto es pésima se ve que la foto está surcada de los típicos "perforaditos" del Braille.
Por cierto, que para hacer la foto, he apoyado la estampa en un "compacto" que tengo de Camí, Solc y Forja, en catalán claro.

domingo, 6 de noviembre de 2005

No se puede ser huesito gustador que a todos agrada


Hemos estado hoy en el campo varios del Opus Dei con unos amigos. Hacía buen día y hay que aprovechar las ocasiones para tomar el aire. Hemos ido temprano a Misa y hemos dado una vuelta por Buitrago. Sin duda, el protagonista de la expedición ha sido Jaibert (que sale en la foto), un colombiano que está ya muy cerca de obtener los papeles: "tengo ya la residencia y el patrón me ha prometido el contrato en cuanto se ponga a paz y salvo con Hacienda".
Entre otras muchas expresiones fantásticas de su castellano americano, como decir "chévere" para decir que algo es estupendo o añorar las "panelas" de caña que tomaba con sus amigos de la Universidad Politécnica de Pereira, en un momento ha afirmado que no "se puede ser huesito gustador que a todos agrada". Me he acordado de aquel punto de camino en el que San Josemaría habla de la "moneda de cinco duros que a todos gusta", y he pensado que la expresión necesitará pronto una nota al pié para que la entiendan los modernos usuarios del euro.
Por cierto, algunos amigos que prefieren evitar el anonimato de los comentarios, me escriben e-mails animándome y pidiéndome más y más links a páginas repletas de información sobre la Obra. Es cansado hacer bien lo de los links. A ver si saco un rato para hacerlo. Hoy pongo uno. Ale: algo es algo.

sábado, 5 de noviembre de 2005

Un sábado cualquiera


Tengo varios comentarios que contestar. Incluso un e-mail. Pido disculpas por no decir hoy ni pío. A ver si mañana.
La cuestión es que he amanecido con un ojo más bien rojizo. Un amigo dice que cuando cumples cuarenta cada mañana te duele algo diferente: sin duda exagera, pero no mucho. He dedicado más tiempo del que me hubiera gustado a encontrar un colirio con corticoides y sustancias vasoconstrictoras; que suena a tipo de serpierte, pero luego resulta que nisiquiera es caro. Estoy mejor. Luego he ido a comer pipas en la banda de un partido de Liga Municipal de LA CELESTE, el equipo del Club Altamira, del que soy redactor y "supporter": sufrido empate a uno, hay que pelear para convertir las ocasiones. Luego he ordenado fotos (la que pongo es de una excursión otoñal de hace unos días). Incluso luego, me las he visto y me las he deseado con el GPS de un coche para llegar a la nueva casa de Eduardo (o el GPS del coche es malo malo, o se ha vuelto loco con las eses de las obras de la M-30 Sur, o simplemente Aluche no se pilla bien desde los satélites), un supernumerario de mi Centro: hoy era la bendición de su casa y no podía yo faltar: he llegado por los pelos de vuelta al Centro para la Bendición y la Salve de los sábados.
Conste que no he contado todo todo lo que he hecho, supongo que habrá numerarios que hayan tenido un día más tranquilo; pero estoy rendido. Mañana más.

viernes, 4 de noviembre de 2005

Buenos audífonos para el museo de un gran sordo


Como lo que tengo son fotos de este verano en Colonia, y no me gusta hacer comentarios sin foto, y hoy he tenido un día realmente normal, y me apetece presumir de los pocos viajes que hago, y me he propuesto decir algo a diario en mi diario, hoy pongo foto sacada en el patio de la casa natal de Beethoven en Bonn.
El alemán que nos acompañaba nos explicó que los austriacos piensan que Beethoven nació en Austria y Hitler en Alemania, cuando lo que sucedió en realidad fue lo contrario. Una maldad como otra cualquiera: seguro que hay millones de austriacos mucho más salados que el que mencionaba.
Pero lo que quiero decir es lo que más me impresionó de la casa de Beethoven. Musicalmente no soy un tipo muy cultivado, por eso se me hizo pesada la corta visita; pero me gustaron dos cosas: el folleto en castellano que repartían en la entrada (lo tengo subrayado bien plagadito de errores de traducción) y la colección de audífonos del gran compositor, que como todo el mundo sabe murió sordo como una tapia. Había audífonos realmente espectaculares, grandes como cacerolas con tus trompetillas para adaptarse al oído y yo saqué mi leccioncita acerca de la lucha contra las propias limitaciones, que en mi caso son muchas.

jueves, 3 de noviembre de 2005

Mi fallido reportaje fotográfico del cementerio


Aunque a veces me salga alguna fotillo más o menos artística, ni la cámara que uso es muy allá, ni mi dominio de la foto digital es para tirar cohetes -por ahora-. Espero avanzar poco a poco. El caso es que las prometidas fotos de mi visita de ayer al cementerio no valen un pimiento: o quedan anuladas por el contraluz, o no muestran más que una lápida blanca en la que no se leen las letras (eso me pasó en la tumba de Isidoro Zorzano y las fotos muestran sólo las flores, pero no se ven las fechas y no se aprecia de quién es la tumba), o son válidas solo para mostrar epitafios excéntricos (hice una de una tumba con foto del muerto, un señor con unas orejas de competición: pero he rezado por él, he roto la foto y he hecho el propósito de no volver a hacer el tonto en un cementerio).
Total, que estuve rezando un ratillo por las tumbas de los del Opus Dei que hay en el Cementerio de la Almudena (por ahora, seis enterramientos diferentes, que yo sepa), y también estuve junto a los restos de mis abuelos y de mi hermano. Me gusta rezar por los muertos -conste que también rezo por los vivos- y egoistamente me imagino que me lo agradecerán de alguna forma.
Como no tengo fotos de ayer y esto sin imágenes queda muy soso, pongo una de paso de cebra tipo portada de los Beatles; porque, en el fondo, la muerte no es más que un paso de cebra.

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Un numerario que hace sudokus

Sé que me llegará la muerte (momento para el que no tengo prisa) antes de que entienda lo que es una OPA y alcance a averiguar cómo es posible que haya seres humanos que resuelven sudokus. Son dos limitaciones entre otras muchas, que por otra parte nada tienen que ver con mi pertenencia al Opus Dei. De hecho, casi todos los que viven conmigo (son once) saben lo que es una OPA, incluso interpretan adecuadamente en su contexto la expresión "OPA hostil" que a mí sin embargo me llena de asombro y desconfianza hacia el sistema financiero. Más: hoy he sabido que un ingeniero informático numerario del Opus Dei se ha embolsado 600 euros (que por cierto, le han venido estupendamente bien para pagar la mensualidad de un alquiler de unas dependencias que utilizan en el Club juvenil en el que vive) por hacer un "sudoku killer" (tiene guasa el nombrecito) y enviarlo al periódico que lo publica cada semana (creo que publican a diario un sudoku, pero el killer es semanal).
Ante noticias como esta suelo aprovechar para preguntarme cómo es posible que a veces alguien pueda decir que los del Opus Dei somos todos iguales.
Por cierto: he ido al cementerio; pero como no consigo descargar las fotos, ya comentaré otro día.

martes, 1 de noviembre de 2005

30 días trae Noviembre, con Abril, Junio y Septiembre.


En el inicio del mes de noviembre, me quedo con la selección de textos de San Josemaría que hoy han puesto en la página web de la Obra. Se acaba el mes del Rosario e incluso el Año de la Eucaristía, parece como que toca una etapita de descanso... y no: la Liturgia de la Iglesia sigue ofreciendo nuevos tesoros. Una vez me explicaron que la lucha interior el algo parecido a mantener limpia y en orden una casa, y los ritmos que marca la tradición cristiana para revisar devociones u otros aspectos son como luces que se encienden aquí y allá para ver mejor habitaciones, rincones, etc. Hoy el pasillo, mañana la salita, pasado la cocina. Como ahora el trato con la Virgen, luego la fugacidad de la vida; más tarde la limosna, la oración y el ayuno como modos de mejorar con respecto a los demás, respecto a Dios y respecto a nosotros... Y así sucesivamente.
La foto de hoy tampoco tiene nada que ver con todo lo anterior. Es la luna y un semáforo rojo: ¿será posible que seamos tan ceporros que por un semaforito aquí y otro por allá (algunos, además, rojos) dejemos de ver la luna?
A ver si voy mañana al cementerio. Hoy al final no he ido, no.