lunes, 30 de julio de 2018

De vuelta

Cuando voy en avión y puedo elegir, elijo ventanilla.
Me gusta lo que se ve, y me hago la ilusión de que reconozco los sitios por donde paso. Siempre he pensado que esos reconocimientos eran siempre inexactos, que calculaba yo que tal ciudad era Guadalajara, pero que luego no aparecía el corredor del Henares... Total, que me equivocaba.

Hoy estábamos ya cerca de Madrid, con los cinturones abrochados, el asiento derecho, etc. cuando miro y veo una pequeña presa escalonada, como la del Pontón de la Oliva. "No, no puede ser que haya reconocido desde el avión algo tan chiquitajo... Pero el caso es que detrás había una presa. ¿La del Atazar? ¿Y eso será Patones? ¿O más bien Torrelaguna? ¿Y eso será el Vellón? ¿Cotos de Monterrey? ¿El Molar?  Imposible. Espera, espera: hay una carretera con los carriles de la A 1, y esos chalets con sus piscinitas podrían ser Santo Domingo. Pero entonces, ahora debería aparecer el circuito del Jarama.

Y zas: ahí estaba. Y por poco no llego a tiempo de que salga en la foto.

¿Y si siempre he acertado lo que veía?

domingo, 29 de julio de 2018

La kofola y otras cuestiones importantes


El refresco nacional eslovaco, señoras y señores, se llama kofola.
Sabe a coca-cola perfumada, pero no lo digas. Es el sabor de su infancia y aunque tú no sepas valorarlo, has de aprender a respetarlo.

Un detalle asombroso: en las barras -muy frecuentes- con varias cervezas de grifo, es frecuente que haya un grifo de kofola.

Sobre cervezas, decir que aquí hay muchísimas cervezas eslovacas y además están las checas. Muchas, muchísimas y con características que yo jamás había escuchado (por ejemplo: cerveza no pasteurizada). No he visto en ningún sitio latas de 33 cc. La unidad es el medio litro. Es muy raro que la sirvan con tapa y muy raro también que supere el 5% de alcohol. Usan otro porcentaje (las he visto de 10%, 12% y 14%, pero no se refieren a los grados de alcohol sino a algo de la elaboración).

Mañana vuelvo a Madrid. No sé cuándo seguiré el blog ni qué haré con la montaña de fotos que he almacenado estos días. Me lo he pasado bien por estas tierras y vuelvo asombrado de la calidad de su gente.

sábado, 28 de julio de 2018

Španielsko


Cuando el ordenador se hace a la idea de que soy eslovaco me lo pone todo en eslovaco, incluido el mensaje de "traducir", y como no se cómo se dice "traducir" en eslovaco quedo atrapado en un curioso bucle. Por ejemplo, esta entrada se titula España en eslovaco; pero no todo es tan fácil. Cobertizo se dice zivy. Y zivyo, que es lo que se le canta a alguien cuando cumple años, quiere decir vivo o vive o que vivas.

En fin, en los supermercados no están bien vistos ni los patines ni las pistolas.
Sin embargo, usan sandalias con calcetines sin recato.

Me voy, que actúo de pinche en una barbacoa de las que prometen.

viernes, 27 de julio de 2018

En el súper

Ahí lo tienen: el castillo de Bratislava con el Danubio en primer plano.
He tomado Knêdikly, Bryndzové halušky y marlenka. Lo de los platos típicos de estos pueblos que tenían que defenderse de los turcos y de los inviernos bajo cero es para estudiarlo a fondo.
He echado un ratillo a buscar ofertas en el súper para llevar algún detalle típico a casa: algo llevo. Y observo que, en general, todo es más barato que en España menos el desodorante. No sé cómo interpretarlo.

jueves, 26 de julio de 2018

El Castillo de Bratislava







Anoche ya dije que había pasado el día en Praga.
Hoy he subido al castillo de Bratislava.
El lunes me vuelvo a España y crece la psicosis de que hay que aprovechar para ver/visitar/fotografiar/ todo lo que queda sin ver/visitar/fotografiar en unos cuantos kilómetros a la redonda.
Mientras tanto aumenta el número de fotos sin clasificar. Todo se amontona. Y entran además nuevas preguntas que hay que responderse sobre archiduques, la revolución de terciopelo, el martirio de san Juan Nepomuceno, el Sacro Imperio Romano, el Niño Jesús de Praga o las más genuinas especialidades eslovacas que hay que llevar de vuelta a casa previa adquisión a buen precio.
Total: he perdido la esperanza de dar coherencia al relato de estos días.

Las fotos son de ayer y de hoy. Disfruten.

miércoles, 25 de julio de 2018

martes, 24 de julio de 2018

Detallitos que llaman la atención






Una cosa que llama la atención de Eslovaquia es que las iglesias están llenas. Y con gente joven. Y en los confesionarios hay cola. No creo que haga fotos de la gente esperando para confesar sus pecados, pero es frecuente verlo.

Hoy pongo unas fotos que tenía sin ordenar en el escritorio. Hay de todo: una imagen de la Virgen y un crucifijo en el acceso a un bosque (hay muchos crucifijos en las cunetas de las carreteras, a la salida de los pueblos, etc.); un coche capturado por un cepo municipal (he puesto también en youtube un vídeo de una grúa llevándose un coche mal aparcado en Bratislava: a mi modo de ver, en Madrid la grúa actúa con más melindres y carritos); un curioso adorno callejero; un selfie ante un bufet que en España probablemente se llamaría de otra forma; los lemas de una farmacia medieval; y el detalle de la orla de un escudo en el que podemos ver al señor del castillo pisando la cabeza de un turco.

Todo ello en este rincón del mundo que es Eslovaquia.

lunes, 23 de julio de 2018

Transporte público en Bratislava




El otro día cogí el trolebús 203 hasta Koliba y vuelta (en medio di un buen paseo por unos bosques magníficos de roble y haya).
Es fácil obtener los billetes por internet con una App llamada imhd.sk (son comunes para trolebús, autobús y tranvía) si tienes un teléfono eslovaco; pero no es posible con teléfono móvil español.
Los billetes se sacan en unas máquinas que hay en las paradas: hay precio reducido para niños y ancianos. Según preveas que el trayecto va a durar 15, 30, 60 ó 90 minutos sacas un billete u otro. Hay también billetes de un día, de dos, de tres... y supongo que abonos mensuales y anuales.

Compras tu billete, esperas al trolebús, picas al subir y ya está. Gasté 70 céntimos en cada uno de mis billetes de 15 minutos. Dicen que hay mogollón de revisores y que son implacables y mafiosillos por no decir unos corruptos de tomo y lomo (por ejemplo, la multa de superar los 15 minutos es de 70 euros y dicen que si los pagas en cash te lo dejan en 50, que pasan directamente a su bolsillo). Yo no vi ni un revisor; pero en internet hay historias realmente dramáticas de gente a la que pillan y despluman: parece que puedes exigir que te hagan la denuncia de la infracción, te tomen los datos y luego pagues tú desde casa.

A mí me fue muy bien. Y son espectacularmente puntuales con respecto a unas tablas de horarios que hay en cada parada.

domingo, 22 de julio de 2018

Aúpa Eslovaquia









Después de las incursiones por Austria y Hungría, hoy me he centrado en Eslovaquia.
Estoy molido.
Pongo unas fotos que explican que me ha quedado boquiabierto y no doy detalles.
Aúpa Eslovaquia.

sábado, 21 de julio de 2018

Paella valenciana eslovaca



He hecho paella valenciana.
Aceite, sal, ajo, tomate, arroz, pollo, judías verdes (vale, un poco redondas, no las clásicas planas), azafrán y agua. Punto.

La próxima, tal vez, de muflón y setas de la tierra... eslovaca, claro.

Por supuesto, a medio cocinado, de entre los arbustos ha surgido un hijo de valenciano que me ha dicho que le parecía que el fuego estaba lejos de la sartén.

viernes, 20 de julio de 2018

Por los suelos









A ver, POZOR quiere decir CUIDADO o ATENCIÓN.
También pintan por el suelo los que se gradúan, cerca de la puerta de la Facultad en cuestión.
Y otras cosas más o menos típicas, como el carril de acceso al aeropuerto, los pasos reservados a peatones, etc.

La última foto está hecha en la entrada del Palacio de Esterházy en Eisenstadt. El típico lugar con baldosas de madera para amortiguar el sonido de los cascos de los caballos que tiraban de las carrozas que venían a las fiestas (lo expliqué hace tres años con un par de ejemplos)

jueves, 19 de julio de 2018

Cosas sin (mucha) importancia






Me dice un seguidor que hablo mucho de las diferencias que hay entre lo que veo en Eslovaquia, Austria y Hungría y lo que se ve por Spain. Se pregunta si no nos parecemos en nada.

Nos parecemos mucho en casi todo, especialmente en lo importante; pero este blog no es un gabinete de estudios sociológicos, sino una mezcla de impresiones, curiosidades, experiencias, testimonios y tal vez alguna cosa más que ahora no me viene.

Total, que entre las pequeñeces que veo idénticas en Eslovenia y en España escojo unas pocas fotos para mencionar:
1.- la existencia de tenderetes de venta de fruta (particularmente de sandías y melones) en las cunetas,
2.- la común de tendencia de los macarras a tunear sus automóviles (obsérvese que el modelo captado en las calles de Bratislava no es el clásico Seat León amarillo nuestro, sino todo un Peugeot 208),
3.- la manía de señalizar de forma cada vez más rebuscada los wc de señoras y caballeros,
y 4.- por su puesto los peinados de jóvenes que pretenden emular en materia capilar a los futbolistas.