domingo, 30 de junio de 2013

Azafrán de la Mancha, azafrán de la India, cúrcuma y otras cosas llamadas saffron




La muy viajera @LorenaDocavo no sólo me trae alcantarillas de sus viajes por el ancho mundo. También trae felpudos y azafrán. De los felpudos hablaré otro día. Hoy vamos con el azafrán.
Los que siguen este blog saben que hago arroces en paella —e incluso últimamente fidebuas, o fideguas o fideuas—. Reconozco que el precio del azafrán me ha llevado a frecuentar el colorante alimentario: no es lo único en lo que he abandonado la ortodoxia paellera valenciana (sí, lo confieso, a veces pongo cebolla en sofrito, y hasta tomate triturado de lata).

La primera foto no ofrece problema: me la trajo Lorena de algún mercadillo de África, tal vez de Zanzíbar. Se trata de un azafrán con su letrerito de "PURE SAFFRON" y el inequívoco aspecto de los estigmas secos de la flor de Crocus sativus. O sea: es como el azafrán nuestro de toda la vida. Da un sabor excelente y ya he acabado la bolsa.

La segunda bolsa, de Camboya, me la compró en Tailandia y dice contener "Yelow Saffron". Es cúrcuma molida, también llamada azafrán de la India, uno de los componentes del curry. Tiene propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y un montón de cosas más (los radicales libre, por ejemplo, los hace fosfatina). Todavía no me he atrevido a abrir la bolsa, pero cualquier día lo hago y me lanzo a la cumbre de la confección de paellas con propiedades biosanitarias añadidas.

La tercera foto, que también es de Camboya, no sé qué narices contiene. Es decir, contiene cortecitas que huelen a eucalipto, pero la bolsa dice "saffron" y no encuentro quién me asegure si eso dará buen sabor a mis arroces o no. Un amigo va a llevar una muestra a la Universidad para que el microscopio dicte sentencia. Ya diré.

sábado, 29 de junio de 2013

Trata al elogio como al perfume; huélelo pero no te lo tragues.

Hacía tiempo que no citaba una frase de mi calendario taco del Sagrado Corazón. No dice quién es el autor, pero la frase tiene miga.
La foto prohibida también, pero de otro tipo.

jueves, 27 de junio de 2013

16 fotos que tenía



Ayer terminé las entregas de este cuatrimestre de mi Máster. Para celebrarlo informáticamente, hoy he buscado fotos que hice en su momento para publicar aquí. Y aquí están.


Esta es de la inscripción que hay en la peana de la imagen de la Virgen de la Almudena, para lectura y disfrute de sus devotos.


Esta de ojo de pez está hecha la pie del arco de Constantino, Roma, Italia.


Esto es un retrato de mis padres hecho por un sobrino nieto mío (de mis padres es bisnieto, mayormente)


Aquí estamos Felipe y un servidor con Marco Aurelio.


Con Gabi, moscovita de pro. 


Loa gansos de la catedral de Barcelona. Me envió la foto mi hermano pequeño. Sabe que lo que yo colecciono son fotos de alcantarillas; pero me considera un renacentista. Él, desde luego, está hecho un Leonardo.


Flor de la jara. O jara en flor. Lo mismo da que da lo mismo. 


Con Josebe. En ese momento era diácono. Desde el 4 de mayo es presbítero (puede verse incluso un vídeo resumen de su ordenación sacerdotal)


Con Juan, que hace años era mucho más joven aún.


Acompañé un día por Madrid a Miguel Ángel, entusiasta y médico que nació en Maracay (Venezuela) y ahora es dominicano (y jamás había tomado un bocata de calamares)



En una visita a laboratorio homeopático con mi amigo Miguel (en la foto de abajo tengo en mis manos una frasco con esencia de veneno de cobra).


Con Miguel y Caravaggio en el Museo Capitolino.



 Y para terminar dos momentos del paso por Florencia —Arriba ante el Arno y su Ponte Vecchio y abajo ante la puerta del Paraíso—.

miércoles, 12 de junio de 2013

Manos libres

En la foto puede verse el dispositivo manos libres del coche de mi amigo José Luis.
José Luis ha venido hoy a un retiro mensual en el Jara y luego me ha llevado a casa en coche.
Al llegar al coche resulta que le acababan de poner una multa de aparcamiento por dos minutos.
"Hay que ver la parte positiva: con vigilantes así de celosos, podemos estar tranquilos de que se hará justicia en nuestras calles —ha dicho sin bromas—".
No teníamos cambio para abonar los 4 euros necesarios para anular la multa.
Hemos ido a cambiar.
Se le ha caído el ticket de la multa y el aire lo ha metido bajo el coche.
Se ha agachado a recogerlo y el movimiento ha hecho que se le rajase el pantalón por detrás: un largo y diáfano roto de unos 12 centímetros.

Le he aconsejado comprar lotería a la mayor brevedad.

Tengo que venir más por aquí. Creo que el blog me hace mejor persona; pero no estoy seguro al 100%