domingo, 5 de enero de 2014

A jorobarse


En la web del Opus Dei han puesto una selección muy sugerente de literatura navideña. Corto y pego de ahí un poema de Enrique García-Maiquez:

El camello del rey Mago
era, al principio, un caballo;
pero andar por los desiertos
de noche tras un lucero,
pasar calor, pasar frío,
perderse por mil caminos
y no comer buena paja,
sin duda, le jorobaba…
Así que llegó a Belén
más camello que corcel.
Pero al Niño-Dios le emboba
la forma de su joroba
y le hace más gracia que
Los regalos que hace el rey.
El caballo, entonces, piensa
esta profunda sentencia:
“Si por Jesús me jorobo,
la joroba es mi tesoro”.
Y se marchó tan feliz,
con joroba por ahí.

Aviso de que voy a estar un tiempo blogueando menos, o incluso nada.
Tengo que hacer el dichoso Trabajo de Fin de Máster de mi dichoso Máster, y me quedan pocas neuronas libres.