Hacía tiempo que no conseguía yo una foto tan mala: sin embargo, el reencuentro con Paco -momento que recoge la imagen para la historia- fue entrañable. No nos veíamos desde hace unos 18 años, cuando él era un chaval de Caldeiro que iba por el Club Altamira y bebía coca-cola...
Pero eso es otra historia. Hoy es domigno y pongo un parrafito de un mensaje breve y enjundioso de Benedicto XVI:
"Si abrís todo vuestro ser y toda vuestra vida a la mirada de Cristo, no quedaréis oprimidos; al contrario, descubriréis que sois amados de una manera infinita. Recibiréis la fuerza que necesitáis para construir vuestra vida y para realizar las opciones que se os presentan cada día. Ante el Señor, en el silencio de vuestro corazón, algunos de vosotros podéis sentiros llamados a seguirlo de un modo más radical en el sacerdocio o en la vida consagrada. No tengáis miedo de escuchar esta llamada y de responder con alegría. Como dije en la inauguración de mi pontificado, Dios no quita nada a los que se entregan a él. Al contrario, les da todo. Saca lo mejor que hay en cada uno de nosotros, de manera que nuestra vida pueda florecer verdaderamente".
No hay comentarios:
Publicar un comentario