viernes, 13 de diciembre de 2019

La nieve y la religión

Nada tengo contra los conejitos blancos, ni contra la nieve y los osos polares.
Todo lo contrario.
Me despiertan una intensa religiosidad navideña los blancos paisajes nevados, sobre todo si están poblados de animalitos blancos; pero reconozco que no se trata de un movimiento espontáneo, sino que es fruto del esfuerzo continuado.
Ale.
A otra cosa.

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