Un fisioterapeuta me ha ayudado hoy con notable éxito a reencontrarme con mi propia espalda, esquiva durante unas semanas.
No dije ayer que un amigo apostó conmigo que me pagaba la entrada al Prado si veía el único Boticcelli de este Museo.
En el Prado no hay un Boticcelli sino tres (las tres primeras escenas de la historia de Nastagio degli Onesti de Boccaccio, ya que la cuarta es de una colección privada suiza); pero con motivo de la exposición del retrato renacentista está también el retrato de Michele Marullo Tarcaniota -en la foto-. Vale: no se deben hacer fotos en el Prado; pero la he hecho sin flash y había 19 euros de por medio.
Gora San Fermín.
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