Tras sortear con dificultad la Castellana y su desfile militar, iba en moto a Guadarrama para setear cuando ZAS, aproximadamente en el punto kilómétrico 32 de la A-6 sentido Coruña, mi moto dice que no anda. ¿Será la correa?
Como tengo seguro de asistencia me auxilia Valery, de Bulgaria, y se lleva la moto a un depósito al que él llama "la base", donde permanecerá hasta que abran mi taller, mañana Dios mediante.
Superado lo de la moto, ya como peatón con cesta, me recoge mi amigo Javier con dos de sus hijos -de cuatro y tres años de edad- y nos vamos a por setas: níscalos no vemos ni uno, pero si unos champiñoncillos y una docenita de boletos, tres de ellos de Champions y el resto de categorías inferiores -salvo que los hagas todos ipso facto en una sartencita-.
He aquí la sartencita. Nada digo de las cervecitas, las croquetas, el embutido variado y los helados. Eso sí: la vuelta en bus de línea y luego bonometrobus que te crió, con lo mal que llevamos los moteros el convertirnos en peatones.
Menos mal que había algún boleto, que si no...
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