lunes, 7 de enero de 2013

El belén de mi casa visto con ojo de pez.



Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, que son muy modernos, me trajeron ayer un dispositivo que permite a mi teléfono inteligente hacer fotos de gran angular -las llamadas de ojo de pez-. En las dos imágenes pueden ustedes contemplar una vista convencional de mi belén y otra obtenida con mi regalo.

Mi belén, debo decir, tiene muchos y muy sabrosos detalles en los que no voy a entrar ahora.

Llevaba tiempo sin venir por aquí.

Como suele decirse: pasa una cosa.

La cosa que pasa es que estoy matriculado en un máster de esos que no le dejan a uno un minuto libre porque hay que leer libros de muchas páginas y refrescar conocimientos adquiridos hace muuuuuucho tiempo, y no tengo un minuto libre.

En cuanto le coja el tranquillo al máster, o lo termine, volveré. O no. O antes. A lo mejor termino el máster (o me expulsan del mismo) y me dedico a la promoción de mi primera novela, o a escribir la segunda (en este sentido, me gustaría escribir la tercera antes que la segunda; pero tampoco quiero adelantar detalles sin hablar con mi agente literario).

Feliz año nuevo (por cierto, superado el fin del mundo maya, este año contiene el reto de atravesar el 11 del XII del 2013 a las 14,15 h. Yo me preparo con mi ojo de pez).

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