domingo, 1 de diciembre de 2013

Cenas que terminan el día siguiente… si terminan


Ayer cené con viejos alumnos. Me suelo escaquear de esas convocatorias. Por pereza.
Tiendo a pensar que igual que existe "envidia de la buena" hay también "pereza de la buena" (y veo en Google que si buscas esas expresiones entrecomilladas salen 1.610.000 resultados para la envidia y 116.000 para la pereza, o sea: hay pereza de la buena, aunque bastante menos que envidia de la buena).

Dediqué muy pocos años de mi vida a la enseñanza; pero para ellos —que tienen sólo siete años menos que yo— soy profesor de Lengua y me preguntan por temas relacionados con la docencia. Me siento raro; pero es lo que hay. Son muy buena gente: analistas, abogados, notarios..., incluso un cura.

Un propósito: procurar no perderme reuniones de antiguos alumnos, aunque la cena termine… el día siguiente.

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