lunes, 27 de noviembre de 2017

Cosas veredes, Sancho

Nunca pensé que estos ojos míos verían un limón del tamaño de un balón de balonmano.
Y sin embargo, aquí tienen la prueba.
Y muy aromático. Bueno para gintonis o para lo que haga falta.

El ejemplar me lo facilitó un personaje del que espero escribir un libro más tarde o más temprano: sólo adelanto que se trata de un enterrador más listo que los enterradores de Hamlet y que tiene un acento andaluz que a veces hace difícil entenderle.

No hay comentarios: