En esta casa de Santander, o más probablemente en la que estuvo en este mismo sitio antes del incendio de 1941, murió uno de mis bisabuelos, a causa de una "pneumonía a múltiples focos". Pues bien, este bisabuelo mío tuvo un hijo llamado Luis, que a su vez tuvo un hijo llamado Luis, que pasado el tiempo tuvo un hijo llamado Luis, que tuvo un hijo llamado Luis.
Pues bien, en presencia de tres de esos luises he realizado hoy yo mismo, que no me llamo Luis, un arroz con carabineros y calamares de chuparme los dígitos.
Bueno, además, he visto la exposición de La Bella Durmiente en el Prado, y me he unido ya para siempre al movimiento prerafaelista.
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