miércoles, 9 de diciembre de 2015

Villancicos y otras formas de entrar en calor


No soy muy de dulces; pero la Navidad es la Navidad. Delicias de Casa Mira, mazapanes toledanos, polvorones... El año pasado nos regalaron una caja de DELICIOSAS de San Enrique, que se fabrican en el pueblo sevillano de Estepa (el del chiste de Eugenio, supongo): están de muerte.

Me gustan también las luces, los belenes, los villancicos, los regalos, el espumillón... todo. Y los momentos en familia, y los recuerdos y hasta los saltos de esquí. Todo eso ayuda a vivir el Adviento.

Pero en fin, a lo que iba: en un bar de mi barrio preferido, los sábados ponen de aperitivo para los amigos caza que traen los de la pescadería. Hasta ahí bien; pero es que el otro día descubrí que a veces sirven también lo que pescan los de la carnicería. ¿Por qué esta confusión de las aficiones y las profesiones? ¿Tiene algo que ver con el cambio climático? Ahí lo dejo.

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