martes, 26 de enero de 2016

Audaz comparativa


El sábado  estuve en el supermercado para hacer la compra (hubo arroz negro de competición) y en el parking hice esta foto de mi Toyota Yaris junto a un Seat 600.

En mi casa nunca hubo un 600. Tenía uno mi abuelo y había alguno más en la familia; pero no tengo los típicos recuerdos de viajes de veraneo de familias completas dentro de un 600. Nosotros íbamos la familia completa (seis, más mis padres, más la abuela, más la tía Esperanza), pero en un 1.500 familiar, lo cual no tenía ningún mérito.

En fin, que me pareció el 600 realmente canijo, sobre todo comparado con mi máquina japonesa de alta gama.

Y los retoques a las matrículas en plan políticamente correcto son míos; para que luego digan que los que no somos nativos digitales no tenemos un fondo de armario tecnológico repleto de recursos.

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