sábado, 16 de enero de 2016

Campamentos míticos


Siempre me ha gustado el campo. Incluso antes de que hubiera descubierto los selfies.
No se me daba mal lo de los campamentos, lo reconozco sin humildad.
Con el paso de los años, me han llegado historias sobre mí mismo y los campamentos de Altamira. Me llena de orgullo y satisfacción que la gente recuerde aquellos momentos con tanto cariño como yo; pero también debo decir que YO NO INVENTË EL CEPORRETE NI EL JUEGO DE ROMMEL CONTRA MONTGOMERY.
Lo más que hice fue jugar por primera vez al FARAÓN, un juego inventado por Enrique Urbina, Lubis (bueno, tampoco es que el invento fuera supernovedoso: era como el SWAT pero en movimiento). Sí que inventaba juegos con cierta facilidad Carlos Durán, un viejo amigo que también estuvo en Altamira aunque donde más años pasó fue en el Club Jara.

Por cierto, aquí está Lubis:



Y aquí conté mi reencuentro con él, hace ya casi diez años (por cierto: después de unos años en Chile, Lubis acaba de regresar a Madrid y SEGURO que vendrá el 20 de febrero al aniversario del Club).

Pero a lo que yo iba es a que con motivo del 40 aniversario de Altamira he repasado mis libretas de direcciones, he escrito a Javier, el cocinero del campamento de Boniches hijo de Gregoria y me ha contestado. No es probable que venga a la celebración del aniversario del club, pero me lo ha agradecido y hemos quedado en vernos en primavera.
Nos vimos hace cinco años en Madrid. Aquí está Javier:


Y aquí cuento aquel día.

Bueno, por hoy nada más.

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