martes, 13 de mayo de 2014

El que algo quiere, algo le cuesta



—¿Es verdad que cortáis el pelo por 6,50?
—Sí.
—¿Cuanto tiempo?
—15 minutos
—Pues vamos.
—¿Cómo lo quiere?
—Pues como tú no.
—Jajaja.

Y quince minutos preguntándome qué me habría entendido el amigo.

Por cierto, me dejó bien. O sea, la hipermetropía ya la tenía yo y las patillas las respetó.

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