jueves, 28 de abril de 2016

Montse


Anteayer se aprobó el decreto de Virtudes Heroicas de Montse Grases.
He leído varias veces la vida de esta impresionante santa. Murió con 18 años. No era una estudiante brillante. En su primer curso de retiro participó en importantes guerras de almohadas. Pidió la admisión en el Opus Dei más o menos a la misma edad que yo. Cuando le comunicaron que su enfermedad era mortal durmió a continuación como un lirón. Ya "sentenciada" viajó a Roma y se acordó de recoger chapas de botella para la colección de uno de sus hermanos.
Y así sucesivamente.
En una de sus agendas, anotó un día en el examen de conciencia "oración: ni pizca de ganas". He buscado la frase en Google y me he encontrado con un artículo en el que se explica esa consideración, tan animante para los que, como ella, queremos ir al Cielo.
Por cierto, en el artículo se ve que la anotación iba seguida de otra: “Enseguida he rectificado y Tú me ayudarás... alegría a pesar de todo”.

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