Aunque llevo casi una semana sin poner nada, esto sigue su marcha.
Hoy mismo tengo previsto visitar el Museo del Tractor, en el que se conserva la mayor colección de tractores de Eslovenia. En estos últimos días he visitado lugares como Ljubljana, el castillo de Ptuj o incluso Venecia. No he parado quieto: he subido a montañas, he surcado ríos, he comprado herramientas en hipermercados de la herramienta, he asistido a un recital del coro del pueblo en el que estoy y hasta he hecho una paella de setas y frutos del mar.
Si tuviera una buena conexión a internet hubiera hecho más esfuerzos para contarlo al minuto, pero esto es el campo. Desde la ventana de mi cuarto veo corzos al atardecer, en la cuneta de la carretera vi el otro día un zorro, llevo dos semanas rodeado de campos de maíz y lúpulo. Mucho lúpulo. Y contaré cosas. O no, pero hasta que vuelva a Madrid y recupere la velocidad de mi fibra, no voy a distraerme de disfrutar de este extraordinario país y su maravillosa gente.
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