Cuando yo era chaval, era frecuente ver colas de gente con garrafas en esta fuente de la calle de Alcalá, junto a Correos. No soy tan mayor como para tener recuerdos de la ausencia de agua corriente en las casas madrileñas, así que pienso que debía tratarse de agua con alguna propiedad especial para generar tanto interés: directa de la Sierra o algo así. Pasé por ahí el otro día e hice esta foto: la fuente ya no echa agua. Hombre, un poco tonto sería ponerse melancólico por tan poca cosa, pero me alegraría el paseo volver por allí y ver la fuente manar... y echar -yo- un trago.
1 comentario:
La verdad es que cada vez se ven menos fuentes. Antes tendían su utilidad, ya que después de haber echado tu partido de fútbol, o de lo que fuera venía bien refrescarse en ellas.
Nos vemos
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