martes, 21 de octubre de 2008

El rapero y el dragón

Mi amigo Manolo veranea en el pueblo de sus suegros, por la parte de León. Con la excusa de que allí los chavales disfrutan un montón con las bicis y los amigos, y "lo bien que se duerme en agosto con una mantita", etc., él pasa allí el tiempo suficiente para hacerse con un cargamento considerable de un chorizo picante capaz de resucitar un autocar de muertos en 8 segundos. Además, el tío pone las copas en el congelador, y sirve unas cervezas fresquitas capaces de resucitar en los mismos ocho segundos hasta tres autocares de muertos; lo cual crea una indudable necesidad de servir ambas sustancias al ritmo adecuado para que no se acumule la gente; pero el tío lo consigue.
Por si fuera poco, su hijo pequeño, Javier, que no sé cuántos años tiene pero pocos en todo caso, me regaló este dibujo de la foto. Como puede apreciarse a simple vista, el de la izquierda es un "tío todo rapero", al que ataca "un dragón hiper-peligroso pero sin alas, de los que sólo se arrastran por la tierra hasta que atacan". Yo con Javier me entiendo estupendo. Lo que no entiendo es lo de las hipotecas supreme, pero de eso Javier y yo no hablamos más que entre líneas.

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