He estado en comida de santo y cumpleaños de sobrina -Teresa, claro- con amena conversación tecnológica. Una sobrina mantiene que debería aprovecharse de algún modo la energía que se produce y no se aprovecha en los gimnasios: pesas, remo, bici estática, etc; también se ha planteado el aprovechamiento de las calorías que desprenden las neveras en la fabricación de frigorías; finalmente se ha apuntado como línea de investigación la elaboración de una máquina que quite las espinas a los higos chumbos... No sé si se trata de un fenómeno de agudización del ingenio en tiempos de crisis o simplemente las consecuencias de comer con vino.
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