El caso es que sé que no ha podido ser él. Tengo que haber sido yo; pero como no sé cómo ni cuándo (bueno, intuyo que fue ayer), a quien me quiere escuchar le cuento mi triste caso a la vez que insisto en lo que insisten todos los que acaban de destruir todo el contenido de su disco duro, a saber: YO NO HE HECHO NADA.
Por ahora puedo seguir encontrando alguna ventana de Galicia, pero sospecho que serán las últimas. Esto es un pozo.
Veo ahora el titular de la entrada, compruebo una vez más que nada tiene que ver con el resto y me sorprende a mi mismo mi alto nivel de incoherencia bloguera. En fin, la cuestión es que yo le digo a la máquina que coloque las fotos por el nombre y no lo hace, o al menos no lo hace por el orden alfabético del nombre. Sospecho que las coloca por orden alfabético, pero que la máquina y yo no tenemos el mismo alfabeto. ¿O sí?
No sé, pero en todo caso la palabra "aleatorio" tiene su cadencia y su cosa.
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