





El 30 de agosto de 2005, no sé bien por qué, comencé este blog. Creo que escribo para que me lean, pero no tengo claro ni eso. Pasen y lean. También pongo fotos.
Con la sabiduría cocinera de Rafa (en la foto introduce el pulpo en la olla) y las ganas de hasta 18 amigos de retomar el curso con unas sesiones sobre los últimos documentos del Papa, hemos montado toda una convivencia. No es la primera y no será la última (conviencia, digo: el pulpo sí que era la primera vez que se incorporaba al menú, y gallegos había que han reconocido que ha salido excelente, aunque Rafa sea extremeño).
El taco-calendario del Sagrado Gorazón que reposa en el escritorio de este numerario del Opus Dei contiene un pensamiento de Thomas Fuller (no tenía ni idea de quién fue Thomas Fuller, pero lo he buscado con Google y wikipedia y ya sé que "1610-1661. Clérigo y escritor británico.", algo que me anima a partes iguales a decir frases y a inventarme personajes que algún día alguien encuentre a través de Goggle y/o wikipedia); es el siguiente: "Hay dos cosas por las que uno nunca se debe enfadar: por la que puede remediar y por la que no puede remediar". Existiera o no realmente, hay que ver lo sabio que es el consejo de Fuller y lo poco que tiene que ver con mi foto de ovejas de paseo.
Hoy he mantenido una animada charla con este pastor. Lleva los dos mastines que aparecen junto a él en la foto por si un lobo o algún perro extraviado de alguna reala se interesa por sus ovejas. Lleva también un perrillo negro -que responde al nombre de "moro" por cuestiones políticamente incorrectas sobre las que no pienso hacer valoraciones- que es el que propiamente ejerce de perro pastor (estaba descansando debajo del volquete y no quiso salir en la foto).
Había oído yo que un cordero, para ser bueno bueno debía haber escuchado en directo las campanas de la catedral de Burgos. El pastor barbado me hizo saber que eso era una estupidez muy grande, que los de Riaza eran mucho más buenos que los de Aranda y no digamos los de Burgos.
Curiosa palabra "cordero", que no viene de agnus como en el caso de todos nuestros vecinos lingüísticos, sino de cordarius, o de tardío o del cordel con el que preparaban determinadas crías para la pascua. A saber. ¿Dónde estudié yo esto? ¿O lo he escuchado en una tertulia? A saber.