jueves, 28 de septiembre de 2006

Quien cree nunca está solo


Esta silla, que parece casualmente abandonada en plena calle, está fuertemente anclada al suelo, probablemente con unos tornillos grandes como tornillos grandes, porque lo que puedo asegurar es que no hay quien la mueva. Está en Lejona (Vizcaya o Bizcaia) y me senté en ella en el transcruso de mi último viaje.En fin, ya dije ayer que estaba preparando una charla con los textos del último viaje del Papa. Avancé que el discurso de Ratisbona era estupendo. Hoy puedo decir que no es ni mucho menos lo que más me ha impresionado de todos esos discursos, pero como no voy a dar la charla via blog, escojo sólo una frase de una de las homilías: "quien cree nunca está solo".

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