Ayer iba en el Metro cuando vi a estas chicas japonesas haciéndose fotos. Me gustó la imagen: ya que vas de turismo no sólo te haces fotos en la Puerta de Alcalá o en Neptuno o en la puerta del Museo del Prado... ¿por qué no en el Metro? Si dejamos las fotos para las grandes ocasiones, luego nos sale un reportaje falso..., como la vida, hay que ofrecer a Dios los días grises, las cosas normalitas, los viajes en Metro. Eso procuramos hacer los del Opus Dei, como tantos otros, aunque no lo cuenten en El Código Da Vinci.
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