Después de largos meses de escaqueo, hoy he ido por primera vez en mi vida a la T-4 de Barajas. la verdad es que es un lugar espléndido: no sé cómo he podido resistirme tanto. He recogido a un amigo que venía de Roma rumbo a Colombia. Luego he comido con Juanjo (cocido en WANIKU más que aceptable por 20,50 los dos con café), al que voy a nombrar asesor literario si me sigue dando consejos tan sabios.
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