Muchos comercios de la calle Preciados han ido convirtiéndose en tiendas de El Corte Inglés. Es lo que hay: la variedad tenía su encanto, pero no tiene por qué ser ni mejor ni peor, aunque a mí me gustase. Sigue en pie, sin embargo el sanatorio de muñecos: desconozco si los arreglan o más bien te sustituyen por uno nuevo el muñeco roto que está aún en periodo de garantía, como se hace con los móviles o las impresoras; pero allí sigue el sanatorio.
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