sábado, 17 de marzo de 2007

El dinero no se come

No sé cuánto tiempo llevan cerrados los cines Duplex de General Oraá -bueno, cerrados no, lo que están es tapiados-. Llevaba yo tiempo sin pasar por sus entrañables puertas. La foto es de una de las tapias que han sustituido el acceso al local. A saber qué lucrativo asunto estarán allí construyendo que ha inspirado tan sabia pintada.
El mundo va como va y los centros comerciales en grandes superficies del extrarradio con monumetales zonas de ocio -curiosa evolución de una palabra que servía para referirse a no hacer nada y poco a poco va refiriéndose más bien a hacer de todo, pero en el tiempo libre- crecen como hongos; pero no me digan que no es una pena que los comercios de barrio
se conviertan en especies protegidas en peligro de extinción, pero sin protección. ¿Es la primavera la que nos pone melancólicos?

1 comentario:

Tom dijo...

El dinero no se come, cierto, pero sin dinero está difícil que comamos, o que los que en este momento pasan hambre coman una buena comida algún día.

Estamos condenados al desarrollo sontenible. Cuando hayamos respetado cada árbol y cada río nos daremos cuenta de que eso, en buena parte, tampoco se come.