Los anuncios de relojes suelen mostrar una foto del reloj con las agujas en posición de las dos menos diez, o las diez y diez: se trata de una posición de agujas que transmite sin duda paz interior y equilibrio exterior, marco idóneo para el marketing, valga la redundancia. El de la foto, sin embargo, da las diez menos veinte, está rodeado de números que no entiendo en absoluto y cuesta 2.100 euros. Todo ello me fascina.
No voy a hacer grandes excursiones este puente: tal vez me acerque a Getafe para llevar a mis padres a comer con mi madrina, tengo un amigo que celebra normalmente en este puente la despedida de la temporada de cocidos, alguna romería habrá que hacer también, algo de trabajo pendiente que me tendré que llevar a casa, y deporte... Ya contaré. La verdad, no creo que vaya a Bali, y eso que leí en un dominical el otro día que viajar a Bali es darse un auténtico baño espiritual.
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