A medida que se acerca el comienzo de la JMJ, avanzan los comentarios positivos y entusiastas... y junto a ellos los desinformados. Creo que tanto para los excesos de ignorancia como para los entusiasmos gratuitos, viene bien subrayar el tipo de cosas que constituyen el centro de la JMJ. Por ejemplo, en la mochila de cada uno de los asistentes hay un ejemplar del Evangelio de San Mateo en seis idiomas. Y el motivo no es que estemos ante un despilfarrante regalo del Ayuntamiento de Madrid pagado con dinero público, ni siquiera ante un escándalo de discriminación hacia el Evangelio de San Juan por no ser sinóptico. El motivo es que la invitación a fundamentar en el Evangelio la vida de servicio a todos, es el típico asunto que el Papa suele tratar, porque sabe que ayuda a la gente.
Ale. mañana más.
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