Mi piel ha mostrado que no le gustan las grapas -las de los puntos de la operación del hombro-: me dice la médico del ambulatorio que no merece la pena averiguar si la reacción es puntual o se debe a una alergia, a no ser que me vaya a dedicar al piercing. No pensaba.
Hace un par de veranos, conocí a un sacerdote con alergia al tomate, y en una comida campestre bien reciente supe que la suegra de un amigo es alérgica profunda a las patatas.
Hasta ahora, había yo conocido alergias de las de toda la vida: al polen, a los ácaros... pero se ve que la cosa se va ampliando. ¿Crecen porque desarrollamos nuevas alergias o porque descubrimos ahora alergias que siempre habían estado ahí?
Más cositas: ¿el alergólogo nace o se hace?
En fin, por último, enlace a una noticia y un vídeo que vi ayer en la web del Opus Dei. Además, el que escribe el texto es el alérgico al tomate.
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