Quería yo hablar de la horchatita que me había tomado en La Alboraya (una cafetería de la calle Alcalá en la que, dicen, se sirve la mejor horchata de Madrid -esto es algo totalmente típico de Madrid, y tan frecuente que a veces el resultado es sospechoso: conozco al menos cinco bares con los mejores bocatas de calamares de Madrid, tres restaurantes con el mejor cocido de Madrid, hasta cuatro lugares con las mejores "gambas plancha" de Madrid, las cañas mejor tiradas, el pulpo más gallego... y no sólo en lo tocante a comidas: pasa igual con las corbatas, los zapatos o los consumibles informáticos. Se ve que sigue tirando la publicidad boca-oreja en esta gran Villa y Corte-), pero dejé la foto para el final y desde la moto todo lo que ha salido es lo que recoge hoy publico: las sombrillitas son de la terraza de La Alboraya, en la calle Alcalá, casi esquina a Príncipe de Vergara.
A donde iba, la horchata ha acompañado una conversación con invitación incluida para ir a Valencia a rezar con el Papa. -"¿A Valencia?", me ha dicho Antonio, "voy con el colegio de mis niñas". Pues eso, que llego a tiempo, que se dice. ¿Allí nos veremos?
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