lunes, 26 de marzo de 2007

Regreso a casa

Aquí estoy en Termini, en el tren que te lleva al Aeropuerto por once euros, con una pinta de inmigrante que mantuve con toda la dignidad posible, que no es mucha.

A mis compañeros de compartimento el señor revisor les hizo pagar una multa de 25 euros, no sé si por ir sin billete o por llevarlo sin picar. Muy complicado lo de los billetes en Roma.

En los aeropuertos puede uno encontrarse con personas ataviadas de la forma más inesperada. Creo que si hubiera ido vestido de torero nadie me hubiera hecho ni caso.

Han puesto sala de fumadores en Fiumicino, tiene el mismo aspecto de lugar de reunión de delincuentes que las zonas de fumar de Barajas; pero no pueden entrar más de 41 personas al mismo tiempo, no me pregunten por qué.

Civitavechia desde la ventanilla del avión. Es curioso lo de los nombres. Civitavechia quiere decir ciudad vieja. Cerca de Roma está también Viterbo, que viene de Vetus urbe, ciudad vieja; y Orvieto, que viene de Urbe Vetus, ciudad vieja.



Esto ya es nuestra piel de toro. Diré que durane el viaje por un lado dormí, aunque no a pierna suelta; y por otro, recé el Rosario. Ale ya está bien de reportaje viajero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por la foto del tren, veo que los del OPUS tambien leeis el PAIS.
Miguel

Cristian dijo...

Jajaja... buena narración. Feliz semana santa hermano, bendiciones.