lunes, 10 de diciembre de 2007

Más dentista

El canalla de mi dentista ha cumplido sus peores amenazas y me ha instalado en la boca un artilugio tremendo que incluye una especie de paladar metálico y tres o cuatro muelas postizas. Tras poco más de un mes de afianzarme como tío abuelo, paso a entrar en el club de los postizos dentales.
Tenía una foto del cepillo especial para dentaduras postizas que me ha regalado el tío, desarrollado por el Dr. John Christensen, del Departamento de Gerodoncia del Royal Dental College Arthus, de Dinamarca.
Porque no pongo tacos, que si no...

1 comentario:

ayco dijo...

Yo tengo un gran miedo a mi dentista,pavor. Odio tener que ir.Ánimo.